1 de febrero de 2010

Locura

"La vida es mejor que esto, esto no es vida... el hecho de respirar, caminar por ahí sin sentido y hacer cosas por el solo hecho de cumplir un rol encajandote en una sociedad que te absorbe no es vida..."

Esa era su frase de cabecera al parecer, siempre entre copas terminabamos hablando de lo mismo, y con su terco pesimismo y su constante reniego de la sociedad, siempre se terminaba levantando al grito de "ustedes no saben nada, ya están hasta las bolas, insertos en una maquinaria que los va a devorar y convertir en hamburguesas de Mac Donalds", y salía por la puerta (generalmente sin dejar dinero para el alcohol). Realmente no lo conociamos bien, pero siempre en algún momento aparecía entre nosotros. Loco.

Este día en particular no había sido un buen día para mí, los recuerdos de tiempos mas felices me atormentaban, y las palabras de este loco estaban haciendo mella en mi pobre escala de valores sociales... estaba enojado con el mundo ese día, solo eso puedo decir para intentar explicarme.

La conversación inició ya muy entrados en copas... alguien hizo un comentario acerca de como subieron los precios en los restaurantes, y afirmó que comer en Mac Donald's era lo mejor para la economía individual, desatando una furia de argumentos tajantes en contra del imperialismo, la sociedad y sobre la no-vida que "viviamos".

Cansado de su palabrerío, me levanté y le dije "enseñame a vivir, ya, aquí, ahora".
Y casi como si hubiera estado esperando el momento, se tomó un momento para saborear las palabras y preparar el enfasis correcto en sus proximas palabras: me dijo "Despues de hoy vas a saber de lo que hablo", y de entre sus ropas sacó una pistola que fué arrojando sus escupitajos de muerte a través del salón del sucucho infernal en el que estabamos, sacandoles la no-vida a esta gente, con tan solo un roce mortifero de metal caliente.

Algo extraño pasó en mi cuerpo en ese momento. Nauses, mareos, temblor en las manos... y una increible sensación de energia que trepaba desde mis pies en forma de adrenalina fría. Mis ojos se inyectaron en sangre y lagrimas mientras sentía cada muesculo de mi cuerpo latir desesperado, pidiendome correr, golpear, destruir... huir huir huir huir.

En un rapido movimiento le arrebato el arma facilmente, como si me hubiera dejado quitarsela... y mientras del arma la muerte se precipitaba hacia la cabeza del loco, soltó una risa que me taladró los cimientos de la cordura.

La risa me sigue. Solo cuando me decido a enfrentarme a ella es cuando me siento vivo. Lo que pasó luego del disparo es confuso, no sé porque corrí de esa manera, siendo yo el heroe de la noche. Todo son flashes. La sangre en mis ojos, mis sienes latiendo desesperadamente, mis piernas con casi el doble de su tamaño, el aire que no llegaba nunca a mis pulmones... el arma que era apretada contra mi palma quemandome los dedos, pero que no podía soltar.

La risa me sigue. No puedo descuidarme.

Solo cuando oigo la risa vivo. ¿Como era la vida antes de ella? ¿como sobrevivía sin mi dosis de adrenalina?. Ahora veo todo muy claro...todos duermen, nadie siente. Todos hacen, nadie pregunta porqué. Todo es cerebro, nada es instinto.

Yo no estoy muerto, estoy mas vivo que nunca. No debo dormir, no me debo descuidar. La risa me sigue, sabe que lo descubrí todo.

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