26 de agosto de 2010

Miradas

 Un día abandoné mi traje de mi mismo y empecé a ser vos para mirarme con tus ojos.
 En el desconocimiento de mi propio ser me encontré entre la multitud, y en una fugacidad de miradas me enamoré de mi viejo yo.
 Despierto de nuevo con mis propios pensamientos, ya no me sueño, ya soy.
 Estoy más seguro de mí, y más incredulo de vos.

2 comentarios:

Sa Lluna llèpola. dijo...

enamórate de ti cada día, al final eres lo único seguro y el único amante fidel...

Anónimo dijo...

espero que me pase...

-pronto-




yo sé q extrañas mis entradas